AUTOMAGIA

la magia de las matemáticas


En algunos de los espectáculos de David Copperfield, se anunciaba que el público sentiría la magia en sus propias manos. Para ello se entregaba a los espectadores un conjunto de cartulinas y, en cierto momento, el mago hacía un juego donde todo el público participaba. Una adaptación de dicho juego es el descrito a continuación.

LA LUNA ROJA

  • Busca ocho cartas, siete negras y una roja.
  • Mezcla cara arriba las ocho cartas. ¡Bien mezcladas!
  • Reparte las cartas sobre la mesa en dos montones, alternativamente a la derecha y a la izquierda y fíjate bien en qué montón está la carta roja, pero no me lo digas.
  • Mezcla el paquete que contiene la carta roja, vuelve a dejarlo sobre la mesa y coloca el otro paquete sobre éste.
  • Vuelve a repartir sobre la mesa dos montones de forma alternada y vuelve a fijarte en qué montón está la carta roja. No me des ninguna pista.
  • Mezcla el paquete que no tiene la carta roja y colócalo, caras abajo, sobre el otro. Parece imposible saber cómo están las cartas y, en efecto, es imposible.
  • Reparte por última vez dos montones sobre la mesa, alternativa-mente a derecha e izquierda.
  • Coloca el paquete que no tiene la carta negra sobre el otro (sin voltear las cartas).
  • Recoge todas las cartas y gira todo el paquete.
  • Ahora cierra los ojos y deja fluir tu subconsciente. Separa la primera carta y sóbala un poquito. ¡No, apártala! No es tu carta. Separa la siguiente y manoséala también. ¡No la mires! Tampoco es la que buscamos. Separa la siguiente.
¡Sí, siento que sientes algo especial! ¡¡ES LA CARTA ROJA!!