- Busca ocho cartas, siete negras y una roja.
- Mezcla cara arriba las ocho cartas. ¡Bien mezcladas!
- Reparte las cartas sobre la mesa en dos montones,
alternativamente a la derecha y a la izquierda y fíjate bien en qué
montón está la carta roja, pero no me lo digas.
- Mezcla el paquete que contiene la carta roja, vuelve
a dejarlo sobre la mesa y coloca el otro paquete sobre éste.
-
Vuelve a repartir sobre la mesa dos montones de forma alternada y
vuelve a fijarte en qué montón está la carta roja. No me des ninguna
pista.
-
Mezcla el paquete que no tiene la carta roja y colócalo, caras abajo,
sobre el otro. Parece imposible saber cómo están las cartas y, en
efecto, es imposible.
- Reparte por última vez dos montones sobre la mesa,
alternativa-mente a derecha e izquierda.
-
Coloca el paquete que no tiene la carta negra sobre el otro (sin
voltear las cartas).
-
Recoge todas las cartas y gira todo el paquete.
-
Ahora cierra los ojos y deja fluir tu subconsciente. Separa la primera
carta y sóbala un poquito. ¡No, apártala! No es tu carta. Separa la
siguiente y manoséala también. ¡No la mires! Tampoco es la que
buscamos. Separa la siguiente.
¡Sí, siento que sientes algo especial! ¡¡ES LA CARTA
ROJA!!
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